El hecho de que muchos jóvenes hayan creído las promesas vacías de Javier Milei, y que cuando tratás de razonar con ellos lo único que presenten como argumento son las mismas chicanas repetidas en las redes desde hace años demuestra que sus ideas son tan deficientes que rayan con la irracionalidad. De hecho, muchas de esas chicanas han sido probadas como falsas, pero eso no les importa ni tratan de investigar la verdad de los hechos discutidos.
Muchos creen que esta degradación cognitiva se debe al uso continuo de las redes y al abandono
de los hábitos de lectura de alta calidad.
Algo de eso hay, agravado por el hecho de que el Plan Nacional de Lecturas fue paralizado muchos años durante el gobierno de Macri y recién se reactivó con el gobierno de Fernández.
Toda una camada de nuevos votantes no entiende dónde están parados, ni quiénes son realmente para los poderes dominantes.
Se creen libres porque no son capaces de ver sus cadenas invisibles y creen todo lo que les cuentan y prometen, sin analizarlo en profundidad. (ver nota)
La
educación sufrió mucho deterioro en general entre 2015 y 2019, según leemos en este
resumen.
Divagando por Facebook encontré un texto maravilloso que explica a la perfección sentimientos propios originados en falencias de nuestros criadores, y educadores en general.
Me
tomé el atrevimiento de copiarlo, pero lógicamente al pie voy a darle el
crédito a la autora, y el link hacia la publicación original, agradeciendo su comprensión hacia mi desfachatez.
Cuando
era chiquita, tendría 12 años aprox, tenía fascinación por el animé. Dibujaba
todo el día personajes y cosas que copiaba de revistas y la pasaba tan bien
perdida en esos proyectos propios. Solo quería que me quedaran bonitos.
Mis
viejos fueron dos personas criadas en los peores años del país. Y si bien
fueron siempre muy piolas no pudieron evitar algunos adoctrinamientos de una
sociedad que mordía hierro y comía bajo fuego.
Para
ellos el arte en general cuánto mucho podía ser un hobby. Un pasatiempo para
cuando sos una señora de buen pasar ya establecida. Los artistas solo existían
a condición de haber nacido con un instrumento abajo del brazo y mostrar
talentos extraordinarios desde los muy pocos años. Si eso no te ocurría no era
propicio mandarte a aprender nada. Con esa excusa forra me sacaron cagando
cuando pedí estudiar violín, también alrededor de los 12.
Una
tarde volví a mi casa y en mi habitación no quedaba nada: no estaban las
revistas, ni mis dibujos, ni mis lápices. Mi viejO había agarrado todo y se lo
había regalado a la hija de la señora que limpiaba en casa. Su argumento fue
que yo ya estaba grande para esas cosas.
Con
esto quiero decir que en este país, mi país, perseguir sueños creativos siempre
se castiga. Es una disposición en el ADN histórico de nuestras generaciones.
Esto que cuento debe ser una gota en el oceano de historias donde buenos padres
(o por lo menos aquellos que creían hacer lo correcto) cercenaron determinadas
ansias y condicionaron cuerpos para que "elijan algo de lo que puedan
vivir".
Quizás
no lo sepan pero gota a gota de ese condicionamiento ultra racional es lo que
verdaderamente está matando el lugar institucional de la Cultura.
Milei
y su gobierno de ocupación es solo la manifestación física de un montón de
gotas de odio y rencor que ya son mar.
PD: la única manera de revertirlo es dejar de
alimentar con la propia vida las hijoputeces ajenas. Yo por ejemplo, ayer copié
muy a gusto una Sakura Kinomoto que quería hacer desde los 12 años.
Bárbara Bravo
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