martes, 13 de octubre de 2020

La culpa siempre es del otro

Ayer Macri dio una entrevista y dijo que no pudo gobernar porque "tenía el Congreso en contra". En los hechos, sin embargo, con ayuda del Peronismo, Macri sacó todas las leyes importantes que pidió y necesitó. 

El pago a los fondos buitre, el escandaloso blanqueo de capitales (en el que incluyó por decreto a sus familiares y en el que amenazó a los medios que publiquen los nombres de quienes blanqueaban), la "reparación histórica", la ley de fomento de pymes, la ley de ese curro que fueron los PPP. Más: la ley de Riesgos de Trabajo (febrero de 2017), la ley de emprendedores (marzo 2017), la reforma tributaria (diciembre de 2017), la reforma previsional (diciembre de 2017), el consenso fiscal (diciembre de 2017) y la ley de Financiamiento Productivo (mayo de 2018). El nombramiento de los jueces de la Corte Suprema (junio de 2016), las leyes de Presupuesto 2017, 2018, 2019, la ley del arrepentido (octubre de 2016), la ley de flagrancia (septiembre de 2016), entre otras incluidas en la plataforma Justicia 2020. 

A eso sumen que Macri efectivamente logró romper el bloque del Frente para la Victoria ni bien asumió, o sea que el kirchnerismo jamás tuvo mayoría. Sin embargo, Macri ayer afirmó que él no pudo hacer las cosas bien porque gobernó con el kirchnerismo siendo mayoría en el Congreso, y los periodistas asintieron sin cuestionar. 

Minutos después decía que el problema fue el equipo económico que lo acompañó. 

Después dijo que lo que arruinó al país fue que la gente en Agosto de 2019 votó mal (sí, dijo eso). 

Mauricio Macri tuvo a la Justicia, al peronismo amigo en el Congreso, a Comodoro Py, a Bonadío y a la doctrina Irurzun con la que encarceló opositores, a Clarín y a todos los grandes medios, a Cambridge Analytica y una inversión monstruosa en trolls y Call Center y a las tecnológicas, a todos los grandes empresarios del establishment, a los gordos de la CGT, a la Side, a los Bancos, las farmacéuticas, las energéticas, las petroleras, al campo, al FMI y a Donald Trump a favor. Cuando se agotó la canilla libre de guita que le mandaban desde Wall Street pidió y tuvo más guita del FMI. Y no pegó una. Y aún así, hoy insiste en decir que la culpa es de otro. 

Hoy, el día del psicólogo, es una gran oportunidad para reconocer acá el ejercicio de negación patológica más impresionante que ví.

Santiago Gadda Apollonio

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