Dicen que cuando uno se enamora no puede ser imparcial.
No se sabe qué es lo que hace
que lleguemos esa situación de enamoramiento.
Simplemente pasa.
Sin dudas la persona que lo
origina tiene cualidades que consideramos imprescindibles para complementar
nuestra vida.
Tengo una alerta Google sobre
Wendy Carlos. Hace años que su vida no es pública. Así que todas las alertas
terminan en ventas de viejos discos y a veces me notifican sobre alguna nota en
la que se la menciona (aclaro que no estoy enamorado de Wendy, pero merced a
investigar, traducir y escribir varias reseñas la conocí un poco).
Entonces por alguna razón
alguien la mencionó en una reseña sobre Happy Rhodes.
Me llegó la alerta y miré la
reseña.
La leí y me gustó.
Así que decidí conseguir algo
de su música.
Al escuchar el primer disco
mi corazón empezó a latir muy fuerte.
Después de escuchar el
segundo disco no pude menos que buscar videos.
Al verla en videos en vivo mi
enamoramiento fue completo.
Entonces como con tan poco
tiempo de conocerla y con tantas emociones que se despiertan disco tras disco, video tras video, pienso
que no puedo ser imparcial en una reseña.
Y que tal vez tampoco le haga
la justicia que se merece una artista del tamaño y la sensibilidad de Happy.
Así que transcribo la reseña que me guió a ella.
Para ser justo la transcribo
textualmente, sin corregir nada.
Deseo que también te enamores
de ella luego de verla y escucharla.
Porque el amor no es celoso.