Pensás que ya nada te va a motivar un sábado a la noche y un compartido de manera oportuna te hace mover.
Lo leí y me gustó.
Léanlo.
Estas pequeñas reflexiones sobre un medio de comunicación como es la radio aplican a todos los medios de estupidización masiva.
Son la conclusión que sacamos de los correos de algunos de nuestros lectores en la página de Facebook.
Casi todos admitimos que los grandes medios intentan con mucho éxito influenciar en las vida de la gente, al punto que lo logran sin demasiado esfuerzo.
Estamos atentos a los grandes medios y nos cuidamos de ellos.
Pero... ¿qué pasa cuando el medio que elegiste para informarte es una pequeña radio de tu barrio o de tu pueblo?
Lo leí y me gustó.
Léanlo.
Estas pequeñas reflexiones sobre un medio de comunicación como es la radio aplican a todos los medios de estupidización masiva.
Son la conclusión que sacamos de los correos de algunos de nuestros lectores en la página de Facebook.
Casi todos admitimos que los grandes medios intentan con mucho éxito influenciar en las vida de la gente, al punto que lo logran sin demasiado esfuerzo.
Estamos atentos a los grandes medios y nos cuidamos de ellos.
Pero... ¿qué pasa cuando el medio que elegiste para informarte es una pequeña radio de tu barrio o de tu pueblo?
Evidentemente
las radios son un reflejo de sus dueños.
Llegamos
a creer que están para representarnos.
Nos
gusta la música que pasan y se lo agradecemos a través de nuestros perfiles de
las redes sociales.
Algunas
tienen el teléfono abierto para mensajes de voz o conversaciones mano a mano.
Otras lo hacen a través del WhatsApp.
Muchas
solamente contestan mensajes de Facebook a través de sus páginas o los perfiles
de sus locutores o responsables de la conducción de la radio. Algunas ni
responden a los comentarios en sus publicaciones o a veces ni los leen. Entonces
se limitan a responder mensajes de Messenger.
Cosas del momento, que pronto se olvidan.
Cosas del momento, que pronto se olvidan.
Les
gustan tus comentarios y los leen al aire. Te dicen que sería lindo que los
visites en la radio, que pases a tomar unos mates. Hasta mencionan tu nombre.
Se toman la libertad de comentar que les parece gracioso si es o muy común o
muy difícil de pronunciar. Como si la limitación estuviera en tu nombre y no en
su incapacidad intelectual.
Todo bien hasta
que opinás algo que nos les gusta.